La ofensiva republicana abre nuevos frentes contra los sin papeles en sanidad y educación
Hasta ahora, los inmigrantes en Estados Unidos no tenían que declarar su situación migratoria para acceder a la atención médica en los hospitales o para que sus hijos fueran a la escuela. Sin embargo, en la última semana han salido a la luz dos propuestas de dos estados gobernados por republicanos que acabarían con ese derecho al anonimato. Texas exigirá a los hospitales que informen de la situación migratoria de los pacientes y Oklahoma quiere evaluar el coste de la educación de los niños que carecen de residencia legal. El gobernador de Texas, Greg Abbott, ha firmado una orden ejecutiva que obligará a los hospitales a preguntar a los pacientes si son o no ciudadanos estadounidenses y si tienen o no permiso de residencia. Además, los centros sanitarios tendrán que informar a las autoridades de los costes que supone la hospitalización de estos pacientes y los tratamientos médicos recibidos.